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Tenerife, el ancanto de las Islas Canarias

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San Cristóbal de La Laguna



La que fuera primera capital del Archipiélago es Patrimonio de la Humanidad desde 1999 y conserva en buen estado cerca de seiscientos edificios de arquitectura mudéjar y su trazado original, y es un ejemplo vivo del intercambio de influencias entre la cultura europea y la cultura americana, con la que ha mantenido un vínculo constante.

El  valle de la Orotava

El Valle de La Orotava, conocido también como Valle de Taoro, nombre que los guanches daban a esta comarca, es una amplia depresión al norte de la Isla de Tenerife, que a sus espaldas tiene al Teide y a sus pies el mar. En él, se ubican tres municipios: La Orotava, Puerto de la Cruz y Los Realejos, que conforman una unidad geológica, paisajística y agrícola.
Las plataneras, en recesión por el incremento de la población, y el cultivo de la vid marcan indefectiblemente el paisaje del Valle de la Orotava, que da nombre a una de las denominaciones de origen de los caldos de la Isla. Su tradición vitivinícola le viene de lejos, de la conquista. Existe constancia de que las primeras cepas se sembraron en la finca El Burgado, en Los Realejos y aún en la actualidad su producción se destaca por su gran calidad.
Drago milenario de Icod de los Vinos





Icod de Los Vinos

Situado en el noroeste de la isla de Tenerife, tiene una extensión aproximada de 90 Km2 en un espacio configurado por un continuo talud de suave pendiente desde su extensa masa forestal de Pino Canario hasta el mar, con casi 10 Km de costa.

El municipio posee una geografía salpicada de verdes y auténticas maravillas naturales que comienza en el Teide. Y es que desde Icod se divisa una de las mejores vistas de la majestuosidad del volcán más alto de España. Su masa forestal; las medianías de tierras fértiles; su costa, en la que sobresale la Playa de San Marcos, de fina arena negra en una apacible bahía en forma de concha; la Cueva del Viento, el tubo volcánico más largo del mundo y, por encima de todas sus excelencias, el milenario drago, único de su especie y símbolo de la ciudad.

Ya en el siglo XVII, con el auge del cultivo de la vid la localidad experimenta un espectacular crecimiento, de ahí que desde entonces "de los vinos" se haya unido para siempre a su nombre original.

Aunque la agricultura tiene un papel vital en su economía y en menor medida la pesca, el municipio mantiene desde antaño un importante liderazgo comercial, siendo la ciudad comercial por excelencia del norte de Tenerife, con una frenética actividad que se traduce en la existencia de numerosas tiendas de todo tipo y otras industrias, que la convierten en un núcleo cosmopolita y dinámico.

Las Cañadas de el Teide

Las Islas Canarias y el Teide, como elemento geográfico más visible, constituyeron un punto de referencia para la navegación entre el Estrecho y la costa atlántica africana desde la antigüedad.
El Parque Nacional del Teide fue creado en 1954, después de Covadonga y Ordesa, siendo el tercero de España en antigüedad. Se encuentra situada en el centro de la isla de Tenerife y comprende un gran circo conocido por Las Cañadas, y el Teide, la montaña más alta de España (3.717 m). El conjunto de esta zona, situada por encima de los 2.000 m de altitud, abarca unas 13.500 hectáreas, con lo que ocupa, por su extensión, el quinto puesto en la lista de Parques Nacionales Españoles.

El Teide


El Teide esta formado por varios volcanes que se han ido superponiendo. Destaca Chahorra o Pico Viejo con un cráter de 800m de diámetro y 3.100 m. de altitud, y el Polón, en que culmina la montaña de 3.717 m. y cuyo cráter, de 80 m. de diámetro, así como laderas presentan actividad residual en forma de "solfataras" (el gas que emiten sale a 86ºC). El Pilón, de solo 150 m. de altura, se yergue sobre la Rambleta, un antiguo cráter de 850 m. de diámetro. La antigua caldera, Las Cañadas, se encuentra rellena por toda clase de materiales volcánicos, y en la actualidad constituyen un abigarrado paisaje donde las coladas de lava forman a veces extensos campos rocosos llamados "Malapaíses" o "Volcán", otras caen laderas abajo originando largos corredores, o asoman sobre otros volcanes o coladas más antiguas en forma de lenguas. Las lavas o escorias volcánicas presentan distintos colores, del oscuro casi negro rojizo.

Playas
El litoral entre Playa de las Américas al sur de la isla y el puerto de Los Cristianos cuenta con unas buenas playas de arena dorada, como las de Las Caletillas y El Camisón y la Playa de Las Vistas, regenerada con arena de su fondo, con lo que se ha convertido en una de las mejores y de mayor longitud de la Isla.

Los Cristianos está prácticamente unido a Playa de las Américas, frente al muelle que permite enlazar con La Gomera y El Hierro, y conserva aún hoy una actividad pesquera de cierta importancia.

Desde el puerto parten numerosas excursiones en diferentes embarcaciones, tanto de recreo como de pesca. Frente a esta banda costera existe una colonia de calderones o ballenas piloto, que se pueden avistar desde embarcaciones que hacen la ruta. Es de destacar el acantilado de Los Gigantes.

Ya al norte , en la capital Santa Cruz podemos encontrar la PLAYA DE LAS TERESITAS Esta playa fue ampliada y acondicionada en 1973, con arena dorada traída de la antigua provincia española del Sáhara, estando protegida por una escollera.

La amplia playa , de kilómetro y medio de longitud, ha sido plantada con palmeras canarias, cocoteros y uvas de mar.

Se encuentra junto al núcleo pesquero de San Andrés, que ofrece numerosos restaurantes de pescado y marisco, a siete kilómetros al norte de Santa Cruz.
Playa de Las Teresitas


Detrás de las Teresitas, se encuentra la playa de las Gaviotas, accediéndose a ella por un estrecho desvío desde la carretera que une San Andrés con Igueste de San Andrés, es una pequeña cala de arena negra, donde se puede practicar nudismo.

La zona de Los Llanos, actualmente en fase de urbanización, cuenta en su costa con las magníficas instalaciones recreativas del Parque Marítimo que lleva el nombre de su proyectista, el desaparecido artista canario César Manrique, obra que contempla entre sus innovadoras creaciones el establecimiento de un palmétum, amplio espacio con más de 5.000 palmeras de casi 300 especies, y un museo de la palmera, actualmente en construcción.

La temperatura de Tenerife, con una media de 20 grados todo el año, permite disfrutar en cualquier época de sus idílicas playas de arena negra, como El Bollullo, La Fajana y La Grimona, la de El Socorro, combina esa belleza de orígenes volcánicos con la bravura de sus aguas, lo que la convierte en un paraíso para surfistas. Al igual que las que propone un océano amable y de ricos fondos marinos, que invita a la práctica de la vela o el submarinismo, el resto de las actividades al aire libre como el senderismo, las rutas a caballo o en bicicleta, son también opciones a tener muy en cuenta.

Un poco de historia
Cuando los conquistadores españoles llegaron a Tenerife, la Isla estaba repartida en nueve pequeños reinos o menceyatos: Taoro, Abona, Güímar, Anaga, Tegueste, Tacoronte, Icod, Daute y Adeje, al mando cada uno de un mencey, a quien asesoraba una asamblea de ancianos que se reunía en el tagoror. Los guanches, moradores prehispánicos de Tenerife, vestían con pieles y no hay constancia documentada de que dominasen el arte de la navegación pero sí de las batallas que libraban entre los distintos menceyatos y, posteriormente, entre estos y los conquistadores.

A lo largo del tiempo, Tenerife ha estado unida a América como paso obligado de las naves hacia el nuevo continente. Los canarios participaron activamente como colonos en el nacimiento de naciones y ciudades. Venezuela y Cuba fueron los destinos tradicionales de los emigrantes tinerfeños.

El descubrimiento de América y la penetración europea hacia el Índico a través de la costa occidental africana hacen de Canarias una encrucijada de las rutas marítimas, lo que las convirtió durante siglos en objetivo de piratas y ataques por mar.

Cada uno de los pueblos y municipios de Tenerife conserva tradiciones centenarias cuyos vecinos mantienen con especial esmero. Dichas tradiciones están vinculadas a la cultura agrícola, en las zonas de tradición rural de las medianías; a la relación con el mar y la actividad pesquera; y la especial conjunción existente en la Isla entre sus habitantes y el territorio que habitan y sus especiales características.

El valle de La Orotava




En el territorio insular conviven paisajes desérticos, en la costa; con bosques subtropicales, en las medianías y las cumbre; y parajes volcánicos, especialmente el del Parque Nacional del Teide y su cono volcánico La Isla combina, ciudades monumentales con la arquitectura más vanguardista y playas de arena negra con impresionantes acantilados.

Todos estos aspectos proporcionan una sorprendente variedad de entornos y paisajes que constituyen el mejor decorado natural, un escenario de posibilidades casi ilimitadas que permite transportarnos a múltiples rincones del mundo y que nos recuerda a La Habana colonial, a bosques del trópico o a las ciudades más cosmopolitas.
Su carácter volcánico, su condición de archipiélago, la latitud en la que se asientan, cercana al Ecuador, así como el paso de los vientos alisios por ellas hacen que las Islas Canarias y, en consecuencia, Tenerife presenten unas condiciones únicas para el desarrollo de unas características naturales y unos paisajes irrepetibles en el resto del planeta.

Hoy en día, los paisajes y el entorno natural de las Islas Canarias siguen atrayendo a cientos de miles de amantes de la naturaleza cada año.

Avistamiento de cetáceos


La costa suroeste de Tenerife es un lugar privilegiado para la observación de cetáceos en libertad, puesto que existen colonias de calderones y delfines que viven aquí todo el año. Su presencia es tan cercana a la costa, que ha convertido a Tenerife en el primer lugar de Europa en importancia por el número de personas que hacen avistamiento de cetáceos en libertad.

Gastronomia

Los fogones isleños ofrecen la calidad de sus productos naturales, muchas veces únicos dadas las condiciones peculiares del territorio.

En Tenerife puedes disfrutar de los mejores platos tradicionales: gofio, miel o papas, entre otros.

El pescado es aquí de exquisito paladar y en nada tienen que envidiar a los famosos productos del Cantábrico. Suele prepararse simplemente cocido -o sancochado como se dice en la tierra-, aderezado con aceite, vinagre y pimienta (guindilla) picante, o acompañado de mojo.

El mojo es una salsa preparada en distintas versiones que siempre está presente en las mesas bien servidas de las Islas. Puede ser verde, de cilantro, o rojo, llamado también, mojo picón.

El pescado por excelencia y más apreciado por los propios canarios, es la vieja, de carne muy blanca y delicada, pero también son recomendables, entre otros, el bocinegro, la sama, la salema.

Los túnidos abundan en las aguas del Archipiélago, son muy sabrosos y se presentan fritos, a la plancha o en escabeche: la caballa, la sardina y, especialmente, el chicharro que da nombre a la capital de la isla y, por extensión, a todo Tenerife y a los tinerfeños. Otro pescado muy apreciado es la morena, frita y crujiente, incomprensiblemente, olvidado por los grandes gourmets.

En el capítulo de carnes destacaríamos el plato denominado carne de fiesta que se trata de tacos de cerdo adobados. Se llama así porque es la que se prepara típicamente en los festejos populares y se despacha en ventorrillos y bares durante las verbenas y celebraciones patronales.

El cabrito, en sus distintas modalidades, y el conejo en salmorejo que, como la mayoría de los pescados se acompaña con papas arrugadas, forma de cocer las patatas con mucha sal y sin pelar que hace que mantengan dentro todo su sabor de unas variedades isleñas de calidad difícilmente comparable con las de cualquier otra latitud.

Las hay de muchos tamaños, texturas y colores, aunque las más apreciadas son las denominadas bonitas y, por encima de todo, las negras, menudas, muy oscuras por fuera, amarillas por dentro, mantecosas y muy sabrosas.

Otra de las grandes riquezas gastronómicas son los quesos de Canarias: frescos, curados o semicurados, especialmente de leche de cabra y res. Existen variantes que merecen especial atención, tales como los quesos de El Tanque, curados y levemente picantes; y los de Arico-Fasnia, Anaga y Teno y otras comarcas productoras.

El gofio y los mojos

El gofio es herencia directa de la tradición del pueblo aborigen: los guanches. Se trata de una harina elaborada a partir de cereales tostados, sobre todo, cebada, trigo y maíz y, excepcionalmente, algunas legumbres como garbanzos o habas. Suele acompañar a algunos de los potajes, así como, amasado o en escaldón, al puchero canario o a la cazuela de pescado. Su uso más extendido es en el desayuno, donde alcanza protagonismo por tratarse de un producto natural, de un sabor agradable y con excelentes valores nutricionales, lo que lo hace saludable y dietético.

Los mojos más conocidos son el de cilantro, que algunos llaman verde, aunque en realidad este corresponde al de perejil, y el colorado, con abundante pimentón.

Vinos

Las principales denominaciones de origen de los caldos tinerfeños son Tacoronte-Acentejo, Valle de la Orotava, Ycoden-Daute-Isora, Abona y Valle de Güímar. Situada en el norte de Tenerife, en el municipio de El Sauzal, una casona tradicional canaria alberga La Casa del Vino "La Baranda", y ofrece al visitante la oportunidad de conocer de cerca el rico patrimonio vitivinícola de la Isla, en un enclave privilegiado con maravillosas vistas al mar y al Teide.

La mejor manera de adquirir los productos de Tenerife es en los mercados. Puedes visitar el Mercadillo del Agricultor en Tacoronte situado en Tenerife Norte, el Mercado de la Laguna y el Mercado Nuestra Señora de África situado en Santa Cruz - La Laguna.