San Cristóbal de La Laguna, popularmente conocida como La Laguna, es un municipio tinerfeño situado en el nordeste de la isla y conocido sobre todo por ser la sede de la universidad más antigua del archipiélago, creada oficialmente por el rey Carlos IV.
Los orígenes de la ciudad se remontan a finales del siglo XV con la incorporación de Tenerife a la Corona de Castilla. Las tropas castellanas se enfrentaron el día de San Cristóbal del año 1497 al último reducto de la resistencia guanche en el lugar que los aborígenes conocían como Aguere, que significa "laguna".Tras la rendición guanche se funda en Aguere una población situada lejos de la costa, para evitar así ataques de los piratas.
Ciudad monumental
Esta localidad conserva un conjunto monumental e histórico muy importante que la UNESCO reconoció hace cinco años como Bien Cultural Patrimonio de la Humanidad. El hecho que San Cristóbal de La Laguna fuera declarada por la UNESCO Bien Cultural Patrimonio de la Humanidad ha sido un factor importante para atraer a un visitante más especializado e interesado en temas culturales. La villa tiene un valor universal y excepcional por la concepción de su plano, ya que fue trazado a partir de un proyecto realizado gracias a los conocimientos de la navegación de la época.
San Cristóbal de La Laguna conserva edificaciones que se han mantenido en el tiempo porque la localidad ha conservado su trazado urbanístico fundacional del año 1500. Afortunadamente, el municipio no ha sufrido ningún tipo de catástrofe ni expoliación a lo largo de su historia", afirma Becerra. Este trazado constituye un ejemplo de ciudad no fortificada cuyo espacio está organizado según un nuevo orden social pacífico inspirado por la doctrina religiosa de la época. Y es que el plano de la ciudad se lee como un mapa estelar, con un gran significado simbólico, que se interpreta como una carta marina o un mapa de constelaciones.
La Laguna posee dos características singulares: ser la primera ciudad construida para la paz, por ello carece de murallas de protección, y haber servido como modelo para construir las ciudades del Nuevo Mundo.
Además, la localidad tinerfeña conserva en buen estado alrededor de 600 edificios de arquitectura mudéjar y es un ejemplo vivo del intercambio de influencias entre las culturas europeas y las americanas, con las que ha mantenido un vínculo constante. La Laguna cuenta con numerosas edificaciones señoriales, como el Palacio de Nava, Casa Montañes, Palacio de Salazar y el Palacio de Lercaro, entre muchas otras, así como con construcciones religiosas de la talla de la Parroquia de la Concepción.
Turismo de senderos
Esta población tinerfeña es un lugar idóneo para disfrutar de unos paisajes de belleza incomparable, poblados por la flora más representativa del archipiélago canario, entre la que destaca la Laurisilva. El Monte de las Mercedes, en el Parque Natural de Anaga, destaca por sus paisajes y por tener unas formas y estructuras pertenecientes a un volcanismo muy antiguo. Todos aquellos que quieran disfrutar de unas de las mejores vistas panorámicas de las islas, lo pueden hacer en los miradores de Las Mercedes, Cruz del Carmen y Pico del Inglés.
La Cruz del Carmen alberga un centro de visitantes que muestra una exposición permanente de artesanía del lugar.
En esta línea, el ayuntamiento ha hecho una apuesta fuerte por el turismo verde con la elaboración de una guía turística en la que se puedan dar a conocer las diferentes rutas del municipio.
Sol y tranquilidad
San Cristóbal de La Laguna ha sido siempre un referente del turismo de sol y de playa. De hecho, en la comarca nordeste encontramos las localidades de Bajamar y Punta del Hidalgo, destinos por excelencia para el turista de mayor edad que iba en busca de un clima cálido y de tranquilidad.
La gastronomía local goza de una merecida fama, por la calidad de sus platos típicos más sabrosos, como las célebres "viejas" de Punta del Hidalgo o los chicharros y las salemas, entre otras muchas especies propias de las Islas. Todo ello acompañado con los tradicionales mojos, como el de cilantro o el colorado y unas sabrosas papas "arrugadas" que harán las delicias de todos los visitantes de la La Laguna, dejándoles un inmejorable sabor de boca que les animará a volver en otra ocasión.